Luz para la salud de la sociedad

04 de febrero de 2016, 12:16 Hrs.
Aleida Rueda, Instituto de Física UNAM

 

Las tecnologías de la luz están revolucionando la forma en que las sociedades se comunican, viven, se mueven, y se protegen de enfermedades o de eventos extremos del clima. Y algunos de estos adelantos fueron descritos durante el primer día de actividades de la ceremonia de Clausura del Año Internacional de la Luz, que se lleva a cabo del 4 al 6 de febrero en Mérida, Yucatán.

Uno de los mayores avances en el área de la salud fue mostrado por Vanderlei Bagnato, profesor de la Universidad de Sao Paulo, donde coordina el Centro de Investigación en Óptica y el Laboratorio de Biofotónica en el que utiliza la biofotónica, justamente, para, entre otras cosas, diagnosticar y tratar diferentes tipos de cáncer.

“Lo que hacemos es desarrollar nuevas moléculas con acciones fotodinámicas. Lo que llevaba una década ahora nos toma no más de un año”. Los investigadores introducen las moléculas tópicamente o inyectadas para reducir, por ejemplo, heridas en piel, cabeza, cuello, laringe, cuerdas vocales, o esófago. Bagnato y su equipo también han creado un aparato que inyecta fluorescencia para observar adecuadamente las heridas y saber si funciona adecuadamente el tratamiento.

Sus técnicas han tenido resultados sobresalientes en el tratamiento del cáncer de piel o el cérvico uterino pero también para tratar el virus del papiloma humano, la onicomicosis, la osteoporosis, así como para controlar infecciones de la garganta en niños y jóvenes. “Sabemos que estas infecciones propician el consumo de más antibióticos en edades tempranas. Antes de los 6 años, un niño promedio ya ha utilizado más de 9 medicamentos así que con técnicas de fluorescencia somos capaces de curar la infección en menos de 6 horas”, dijo.

Un trabajo similar lleva cabo Susana Marcos, del Instituto Schepens de Investigación del Ojo, de la Universidad de Harvard, quien ha dedicado varios años en corregir errores de refracción, como la miopía, con tecnologías de luz. “Más del 30% de la población en las sociedades occidentales sufre de estos errores. Hay más de 153 millones de personas con errores no corregidos de refracción. En las áreas rurales, el problema es más grave debido, en buena medida, a la falta de optómetros”, explicó.

Así que su trabajo ha sido desarrollar aparatos de bajo costo pero precisos y fáciles de usar que puedan reducir estos errores visuales. Los aparatos ya han sido probados en hospitales, centros de visión y áreas de bajos ingresos. Y ya ha habido estudios clínicos en Madrid y Londres para evaluar su eficiencia.

Su equipo desarrolló un aparato que combina la tomografía óptica con algoritmos para procesar y corregir imágenes instantáneamente, capaz de corregir los daños en el lente cristalino que se manifiestan en el momento en que perdemos la habilidad para enfocar. De acuerdo con Marcos, este problema afecta al 100% de la población mayores de 45 años, lo que significa que hay 1.2 millones de gente con este padecimiento. También el lente cristalino puede perder transparencia y afecta al 50% de la población mayor de 65 años de edad.

“Aunque nuestro sueño es poder recuperar las propiedades dinámicas del lente cristalino, vamos por buen camino. Lo que queremos es usar la luz para ver la luz”, concluyó.

 

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