21 de mayo de 2015, 14:03 Hrs.
José Ramón Hernández Balanzar
El día de hoy, fuimos sorprendidos e impresionados en México por un fenómeno de extraordinaria belleza dibujada con pinceles de luz, y ocurrió en este el Año Internacional de la Luz 2015,… mejor momento no pudo haber sido para que millones de personas hicieran de ello el tema del día.
Esto sucede porque estamos inmersos en una gran masa de aire que nos rodea (la atmósfera). Existen diferentes fenómenos ópticos y de radiación que se dan al interactuar la luz con la atmósfera.
Los planetas que tienen atmósfera como es el caso de la Tierra, provocan una coloración en sus cielos, y en estos pueden aparecer fenómenos cromáticos muy variados e interesantes.
Los halos son círculos brillantes que aparecen alrededor de una fuente luminosa, como puede ser el Sol o la Luna; de hecho se originan con más frecuencia que los arcoíris, aunque a menudo pasan desapercibidos, según el brillo que manifiesten y el espacio del cielo que puedan abarcar.
Los halos se producen cuando en la atmósfera hay cristales de hielo en las nubes de tipo cirrus que se sitúan entre los 7 y 13 km a partir de la superficie terrestre o en la troposfera alta (primeros 10 km a partir de la superficie). Este tipo de nubes se asocian con corrientes de aire muy frío.
Existen diferentes tipos de halos que pueden tomar la forma de círculos, arcos o manchas de luz. Las apariencias y nitidez dependen de la forma del cristal de hielo en el que incide, se refleja y refracta la luz. La forma básica y más común de un cristal de hielo es hexagonal, la luz solar incide en las caras de los cristales de hielo de forma similar que en un prisma. Es más común que sólo ocurra reflexión y por lo tanto no se ven los colores como en un prisma, es decir, el fenómeno es acromático y solo se ve un anillo brillante. En ocasiones en el halo puede verse una dispersión de colores y es porque cierta parte de la luz incidente también es refractada por los cristales de hielo.
El halo puede verse durante horas, dependiendo de la velocidad con la que se mueve el aire frío alrededor de las nubes. El tipo de cristal de hielo determina la visibilidad y definición del halo, es decir, los cristales más regulares geométricamente producirán halos más luminosos y perfectos.
